Este sábado 18 de abril se conmemoran 5 años de uno de los mayores hundimientos en el Mediterráneo donde murieron más de 900 personas. Este hecho provocó el nacimiento de la plataforma Stop Mare Mortum. Hoy, 5 años después de esa tragedia, volvemos a recordar que las personas que mueren intentando llegar a territorio seguro europeo no son cifras, son personas. Es por eso que hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía para poner ‘rostro’ a las más de 16.000 vidas perdidas des de 2015. Para hacerlo, escoge un nombre entre esta lista y escríbelo en un cartel: Nombre + Muerto/a en frontera europea + ‘No son números, son personas’, y lo cuelgas en las redes sociales con el hashtag #StopMuertesEnFronteras y etiquétanos. Comparte también, nuestro comunicado.
COMUNICADO STOP MARE MORTUM, 18 DE ABRIL DE 2020
#StopMuertesEnFronteras
Este 18 de abril hace cinco años del día que 900 personas perdieron la vida en un naufragio en frente de las costas de Lampedusa intentando buscar una vida mejor en Europa. A raíz de esta tragedia, nació la plataforma Stop Mare Mortum. Desde entonces no hemos parado de denunciar las políticas migratorias y de asilo europeas que están convirtiendo el Mar Mediterráneo en un gran cementerio, con más de 40.000 muertes contabilizadas desde el año 2000 y decenas de miles de desapariciones.
Actualmente, los países miembros de la Unión Europea están aprovechando el contexto de excepcionalidad generado por el #Covid19 para blindar y cerrar aún más sus fronteras de entrada como hemos visto recientemente en Grecia, donde incluso se ha suspendido el derecho de asilo, al igual que en Hungría. Nos encontramos delante una crisis sanitaria internacional, que se suma a una política migratoria de la Unión Europea caracterizada por vulnerar los derechos humanos y que ha convertido el Mediterráneo en un espacio de no-derecho.
La pandemia no entiende de fronteras pero la respuesta política, sí. La falta de coordinación eficaz por parte de los estados y el cierre de los puertos (de Malta e Italia) dejan en situación de riesgo a las personas que se encuentran a la deriva. Las 146 personas rescatadas por Alan Kurdi, que está previsto que hoy sean trasladadas a un barco italiano para pasar la cuarentena y las 36 a bordo del Aita Mari necesitan urgentemente desembarcar en un puerto seguro.
Mientras tanto, y desde hace ya demasiado tiempo, miles de personas malviven en los campos griegos en unas infraestructuras insuficientes, con unas pésimas condiciones higiénico sanitarias y con una constante inseguridad jurídica y física; a la que se suman ataques racistas perpetrados por parte de la extrema derecha y las fuerzas policiales, con total impunidad, y la confirmación de los primeros casos positivos de Covid-19. Ante esta situación, cumplir con las medidas básicas de prevención del virus es, simplemente, imposible.
Garantizar la seguridad de todas las personas es una responsabilidad pública y, a la vez, una cuestión de salud global. Por eso, ahora más que nunca, es necesaria la aplicación inmediata de vías legales y seguras.
En este sentido,
- Exigimos a las instituciones europeas que no sean cómplices y obliguen a los Gobiernos europeos a abrir puertos seguros a los barcos de rescate que ahora mismo se encuentran a la deriva en el Mediterráneo y que destinen los recursos necesarios a las operaciones de rescate, en lugar de al control y a la externalización de fronteras.
- Exigimos que se reactiven los mecanismos de reubicación europeos para evacuar urgentemente las personas que se encuentran en los campos griegos. Instamos al Gobierno español que cumpla con sus compromisos en materia de derechos humanos y ponga en funcionamiento un mecanismo de responsabilidad compartida para permitir la llegada en condiciones de forma segura a las personas refugiadas en situación de bloqueo. España no puede seguir alegando, como hacía en su recurso a la Sentencia del Tribunal Supremo que obligaba a cumplir con la cuota de reubicación, que no hay personas reubicables. Es cuestión de voluntad política. Pedimos al Gobierno español que se una al grupo de países europeos que se han comprometido a reubicar 1.600 niños y jóvenes y que se adhiera inmediatamente al programa de reubicación voluntario. Exigimos a la Unión Europea y a sus estados miembros una respuesta coordinada para ejecutar programas reales de reasentamiento y de reubicación de forma amplia y urgente.
Cinco años después continuamos exigiendo la aplicación de vías legales y seguras para garantizar el derecho a migrar: reclamamos la reubicación de miles de personas desde Grecia y políticas de vida para que el Mediterráneo deje de ser una gran fosa.